Desconectar
Industria

Opinión | «La descarbonización competitiva de la industria gasintensiva»

16.07.2024 10:53

La pasada semana, la Fundación Naturgy invitó a GasINDUSTRIAL a participar en una interesante jornada sobre Retos y Oportunidades de la descarbonización en la industria, en la que nos acompañó el ministro de Industria, Jordi Hereu, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés.

Tras la más que interesante ponencia del catedrático Mariano Marzo sobre Descarbonización y competitividad, y de la exposición de expertos de Deloitte sobre el estudio en marcha Un sistema net-zero: una pieza clave en un modelo energético descarbonizado a 2050, llegó la mesa clave de las asociaciones en la que tuve el placer de intervenir en representación de GasINDUSTRIAL para expresar nuestra visión sobre las apremiantes necesidades de las industrias gasintensivas, que resumo a continuación.

Resulta evidente que para las industrias gasintensivas, el objetivo es lograr un gas competitivo, sea gas natural, gas renovable, hidrógeno o cualquiera de los posibles vectores energéticos. Para nuestras industrias, su supervivencia y su capacidad de ser rentables depende de que el gas que utilizan lleve el adjetivo de “competitivo”, esa es la clave, ya que son empresas que se desarrollan en mercados globales, sometidas a la fuerte competencia internacional y, por tanto, obligadas y necesitadas de disponer de un coste alineado al de sus homólogos, sean europeos o de cualquier otro rincón de nuestro mundo global. O somos competitivos o no somos.

Recordé en mi intervención que la industria supone el 60% del total del consumo nacional de gas y que es un consumo que —tradicionalmente— ha sido estable y predecible y, por tanto, clave para la supervivencia del sistema gasista.

Nadie puede dudar ya de que el gas natural es el combustible de transición en tanto en cuanto se vayan incorporando y desarrollando los gases renovables, el hidrógeno y resto de vectores energéticos. Y todo el mundo debe tener presente que el punto clave, crítico y gran reto de la industria para los próximos años es el de descarbonizarse manteniendo intacta, incluso ampliando, su competitividad. O eso o viviremos la total desindustrialización del país con todas las nefastas consecuencias que ello conllevaría. Un desastre.

Neutralidad tecnológica, una clave determinante

Las industrias gasintensivas tienen distintas rutas y caminos para descarbonizarse. Por ello, su primera necesidad es la neutralidad tecnológica. Porque cada industria tiene sus propias características y sus propios procesos, cada empresa individualmente debe poder escoger su camino óptimo; no hay que forzar ninguna de las rutas de descarbonización. Algunos sectores podrán electrificarse en cierta proporción pero para otros será tecnológicamente inviable; hoy por hoy, su única vía está en los gases renovables y después, a largo plazo, en el hidrógeno verde. Pero sea cual sea el camino, el objetivo es llegar a la meta de la descarbonización y para eso cada empresa debe poder elegir la vía que mejor se adapte a sus circunstancias.

Precios competitivos

Lo segundo que necesita la industria gasintensiva es un precio competitivo. Según el último informe “Energías Renovables 2023” de la IEA, el biometano estaría en una horquilla de precios entre los 55-90€/MWh, actualmente más bien en el rango superior de los 90€/MWh; el hidrógeno verde si tuviese un precio de 5 €/kg sería equivalente a unos 150€/MWh; para poner estas cifras en contexto, el Henri Hub cotiza alrededor de 7€/MWh y el precio en Europa a 30€/MWh. Los certificados de sostenibilidad y las garantías de origen podrían mitigar algo la brecha de precios, pero hoy por hoy los gases renovables y el futuro hidrógeno son un producto premium.

Las industrias gasintensivas viven cada día el desafío de salir a competir en mercados internacionales. Competir con China, India, Turquía o Estados Unidos resulta muy complejo ya que son países con precios más competitivos, políticas industriales más agresivas y políticas medioambientales mucho más laxas.

Podría parecer que, bajo el paraguas de la Unión Europea, todos los países estuviéramos jugando con las mismas reglas del juego. Pero nada más lejos de la realidad, tenemos el claro ejemplo de las ayudas europeas tras el conflicto de Ucrania que fueron ayudas a distintas velocidades, con muy distintas intensidades y que provocaron una gran distorsión en el mercado interior europeo.

Política industrial y política energética coordinadas

En este contexto, el compromiso de la industria es claro: “descarbonizar sí, rotundamente, pero manteniendo la competitividad”. Hoy los gases renovables y el hidrógeno tienen un coste muy superior al gas natural y la industria gasintensiva es muy sensible al precio y a la falta de competividad. Está claro que la política de descarbonización debe de ir acompasada con una política industrial que evite daños en la competitividad y, en consecuencia, que frene esa más que probable deslocalización de nuestras industrias hacia países más competitivos.

Los precios del gas no competitivos suponen la deslocalización de nuestra producción, el descenso de las exportaciones, el aumento de las importaciones y, como consecuencia, el desplazamiento de la producción nacional. España debe asegurar que sus políticas medioambientales respetan y acompañan sin merma alguna la competitividad de sus industrias. Solo así todas nuestras industrias llegarán vivas el objetivo de la descarbonización.

Europa y el Gobierno español tienen la misión de ayudar a las industrias a alcanzar el objetivo de la descarbonización siendo competitivas y, para ello, deben articular los diferentes caminos y tiempos que lo hagan posible en función de la situación y características de cada empresa y sector.

En conclusión:

- Las industrias gasintensivas necesitan un precio del gas competitivo.

- Cada industria y cada sector tienen sus características propias, por lo que su camino a la descarbonización puede ser diferente y particular.

- La política energética debe acompasarse a una política industrial realista que garantice una descarbonización con competitividad.

El imprescindible Estatuto del Gasintensivo

Evidentemente, nuestras industrias gasintensivas tienen unas necesidades particulares que hacen cada vez más necesario un marco especial: el tan demandado Estatuto del Consumidor Gasintensivo. El sector gasintensivo necesita contar con datos precisos, objetivos actualizados e individualizados para cada tipología industrial, un marco que facilitaría elaborar una política industrial y energética que acompañe a estas industrias en su proceso de descarbonización. Este registro facilitaría el trabajo de la Administración a la hora de identificar aquellas actividades industriales que deben ser priorizadas y evitar así clasificaciones discriminatorias.

Confiamos en que, en el nuevo curso político a iniciar en septiembre, la Administración se haga eco de nuestra demanda y se ponga manos a la obra para contar en 2025 con el más que imprescindible Estatuto del Consumidor Gasintensivo.