CASTELLÓ. Desde la Unidad de Diseño y Tendencias del Instituto de Tecnología Cerámica se ha presentado el Informe de Tendencias en Superficies para la Cerámica 2026, respaldado por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) en el marco de una Línea Nominativa de apoyo a centros.
El estudio analiza diversas superficies y materiales y refleja cómo la cerámica, en sus diversas formas, texturas y acabados, se convierte en un elemento clave en el diseño de hábitats contemporáneos, reflejando la transformación social, tecnológica y la búsqueda de entornos más habitables.
Lutzía Ortiz y Ana Benavente, autoras del informe, destacan que «las superficies trascienden su función técnica para convertirse en un medio de expresión que conecta con valores como la honestidad material, la memoria y la ética circular. Además, se presentan cuatro tendencias principales: Geomatter, Innerland, Heritage Play y Opulis, que ofrecen respuestas a los desafíos del sector, tales como la búsqueda de autenticidad, bienestar emocional y reinterpretación del patrimonio material». Estas tendencias se ramifican, a su vez, en varias líneas que el estudio explica detalladamente con profusión de datos y ejemplos.
En el estudio, las tendencias muestran cómo «la cerámica puede abrirse inusitadamente a la experimentación, fusionando tradición artesanal, innovación tecnológica y creatividad, invitando a diseñadores, marcas y técnicos a explorar nuevas posibilidades estéticas y productivas para crear espacios memorables, sostenibles y profundamente humanos».
Hallándonos en un contexto de incertidumbre climática y aceleración tecnológica, esta tendencia se vincula a la materia, la memoria y el origen. El diseño se convierte, según el informe en geopoética, evocando la memoria mineral y expresando la belleza de la tierra y la materia aún en sus naturales imperfecciones que dejan huella, esa misma sobre la que el espacio se reconfigura para devolvernos a lo esencial, sin artificios.
La paleta de color de Geomatter es, según el informe, «terrosa, mineral, orgánica y con variabilidad natural, con colores extraídos de la tierra: óxidos, arenas, cenizas, minerales, piedra caliza».
La tendencia Innerland es la “nueva frontera” del minimalismo, ya que, dado que el mundo en el que vivimos está sobresaturado de estímulos, esta propuesta busca «redibujar el hogar como territorio emocional», en cada rincón y en cada superficie se busca construir un refugio. Se trata de un minimalismo que “no se basa en la ausencia, sino en la presencia consciente”.
Los espacios que nacen de esta tendencia son suaves, envolventes y parecen surgir de muros o de suelos, buscando, ya no deslumbrar, sino cuidar. Los colores tienen “una cualidad casi táctil, con una calidez silenciosa, como si hubieran sido filtrados por el tiempo”, blancos rotos, beiges cálidos, grises polvorosos, entre otros, colores que calman la vista y proporcionan confort y tranquilidad en el espacio.
Esta tendencia integra tradición, tecnología y emoción. En ella se valora la artesanía, la sostenibilidad, la expresión personal en entornos que son escenarios creativos, dinámicos y cargados de significado. En el interiorismo combina tradición, innovación y el encuentro de técnicas ancestrales que se fusionan con las tecnologías más modernas como la impresión 3D, buscando la sostenibilidad y el acercamiento al patrimonio cultural y artístico.
Los interiores son ambientes dinámicos que incorporan el juego, la creatividad y los colores vivos. Existen varias intersecciones en las que encontramos la artesanía, el juego y lo retro, encontrando colores que van desde las paletas suaves: beige, azul marino o tonos pasteles que evocan nostalgia y sofisticación, hasta tonos muy vivos como amarillo, verde, rosa, azul eléctrico, entre otros, que aportan energía y alegría, enriqueciendo experiencias visuales y táctiles.
Esta es la tendencia de la sofisticación y el exceso, pero con una mirada emocional y cuya estética surge de la exuberancia visual en un realce exquisito de texturas, materiales nobles y acabados. Se crean atmósferas que seducen, conmueven y nos hablan de herencias transformadas con el lenguaje actual. Es una tendencia profundamente visual que fusiona lo ornamental, la tecnología y el factor simbólico, según el informe:” la materia se activa, los acabados responden a la luz y lo artesanal dialoga con lo digital, dando lugar a espacios donde la emoción, la función y la belleza se funden en una experiencia envolvente y profundamente contemporánea”.
En cuanto a la paleta cromática, refuerza la atmósfera densa y emocional, partiendo de una base compuesta por tonos burdeos, azul petróleo, grafito y negro, sobre los que se integran destellos dorados envejecidos que arrojan una luz sofisticada y contenida, huyendo de las estridencias. La gama se amplía con tonalidades “minerales y líquidas”, como los grises brumosos, el azul acero, tonos plateados con veladuras opalescentes y reflejos tornasolados, que nos conducen a la sensación de estar en presencia de superficies traslúcidas o metales pulidos por el tiempo.
El informe completo se puede descargar gratuitamente en este ENLACE.